BULULÚ

En la casa de mis aitxitxes se cultivaban dos hábitos de manera obsesiva. La atención, con tintes mesiánicos, a la predicción metereológica (la del Telediario) y la escucha fascinada del “Parte” (en la radio primero y en la primera cadena después) a cuya información se atribuía valor parecido al de Las Tablas de la Ley de Moises.

Nunca terminé de comprender el sentido de la primera, ya que mi aitxitxe era la pura fuerza de la costumbre y repetía sus hábitos como una carraca hiciera el tiempo que hiciera. La segunda la he terminado entendiendo con el paso del tiempo. Además de que se les pudiera quedar impresa la inercia desde los tiempos de guerra y posguerra, eran vencidos en la contienda, y ya se sabe que los vencidos se convierten siempre en vivos incompletos.

También existía una apetencia por sentirte informado. No se puede hablar de epicureísmo en Urdaibai, un lugar en el que nadie, incluidos por supuesto nosotros, sabia no ya lo que significaba sino tan solo escribir la palabra completa. Pero sí una inquietud intelectual por acceder a un conocimiento mayor del que que nos había regalado la escuela nacional católica. Leer, escribir y las cuatro reglas.

Ese sentimiento se me quedó enraizado y he tratado de ser digno continuador del legado. Pero, me he dado cuenta de que para las nuevas generaciones aquellos dos hábitos se sustituyen por la información a quemarropa de la predicción del tiempo que te suministra el movil y de la lectura de los titulares de las noticias de las páginas de los noticiarios.

Sin darse cuenta de que les están endosando un matute. Les arrebatan la liturgia, que por ejemplo tenía aquel Mariano Medina dibujando en un panel vectores y flechas con anticiclones y borrascas, y les drenan del conocimiento la profundidad del análisis. Ya que al leer solo el titular les privan de la posibilidad de pensar por ti mismo ya que carecen de la densidad de conocimiento y erigen a verdad absoluta el fogonazo que acaban de recibir.

Comoquiera que lo comparten con todos aquellos que cultivan el mismo credo, el gregarismo les embarga y les da un calor de manta eléctrica que les hace anidar en una verdad colectiva, que siempre es muchísimo más cómoda. Y eso, en el momento en el que el acceso al conocimiento (el bueno y el fake) es más sencillo.

Cuando seguir el camino contrario te convierte en un Bululú social. Tienes que desbrozar el caminito tu solo, mudando la voz, dependiendo de quién te rodeé y el contexto en el que chapotees, para adoptar la condición de los distintos personajes que te toca interpretar.

Haber nacido en otra familia dirían mis amigos de Gernika, Que, de tanto leer te entran cosas raras en la cabeza. Mira Don Quijote.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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