CUNA

El verano representa vuelta a los orígenes, a refregarte con aquellos con los que formaste carácter y personalidad hasta que decidieras enrolarte en otras aventuras por territorios de ultramar.

Ellos siguen en el mismo rail, tú fuiste el que huiste, por lo que el esfuerzo de aclimatación te corresponde. Como has sido parte de ellos, lo consigues sin mayor problema. Eso sí, te cuesta un poco más cada año, sobre todo si acudes con un acompañante ajeno al microcosmos.

Porque, al fin y al cabo, tú estas acostumbrado a sentirte receptor de esas miradas como de burbuja jabonosa donde no era posible distinguir los límites de lo que es aire o líquido, verdad o mentira, ni avanzar más allá del graso arco iris de su membrana. Pero otras personas, no. Y entiendes, por eso mismo, que se puedan sentir incomodas al no apreciar que no denotan animadversión sino que reproducen un automatismo de protección del medio ante las especies invasoras.

Al final de los días que pasas en tus orígenes, terminas embadurnándote de novedades, (muertes, nacimientos, relaciones de primera o segunda vuelta que empiezan o acaban,..) y te asaetan de recuerdos para unos y otros. Pero cada año te caen con más ajenidad, porque te ha ganado la distancia que existe con tu vida actual. Esa que te regala una preciosa perspectiva que amortigua el furor de las pasiones, que tan habitualmente acostumbran a opacar los tambores de realidad.

Y, sobre todo, cuando te va empapando el escepticismo con el que afrontas tu madurez empiezas a sentirte tan sumamente distante como para no añorar los libros que no leíste, los amigos que no tuviste y las bocas adolescentes que te olvidaste de besar. Te quedas con ese derroche de autenticidad que tiene lo que encuentras en tu origen,.

Es que todos llevamos dentro un cielo y un infierno, y la línea que los separa es tan sutil que se cruza casi siempre sin darnos cuenta, y en ese pasar al otro lado hallamos a veces seres humanos de similar condición a la propia

Y nuestro cielo, más que nos pese, está en el origen. Una conclusión que nunca podrán alcanzar todos aquellos que, por sentirse peces de ciudad, no emprenden el viaje de vuelta hacia el punto en el que todo empezara.

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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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