SEGUNDA DE CCGG: BRUNO

La cancelación de los caballitos de ayer me trasladó al patio de caballos de la antigua plaza de toros de Vitoria. Corrida de fin de de feria de La Blanca, cartel compuesto por diestros locales (recuerdo que uno era Javier Lara) y ganado de Pablo Romero. Uno de esos taurinos irrepetibles, Santos Santos Serranillo, entonces empresario del coso andaba cabizbajo por el patio de cuadrillas rodeado de la media docena que irredentos. Cuando quedaba media hora para el inicio del festejo y, después de que hubiera llovido toda la mañana, no se atisbaban largas colas en las taquillas.

- Estate tranquilo Santos, que han dicho que para la hora de inicio del festejo escampa- le espetó uno de los presentes tratando de insuflar tranquilidad.

- Es lo único que me falta, contestó el bueno de S.S.S. No voy a poder salvar la ruina ni trincando del seguro, contestó lloriqueando.

Con esos recuerdos tejiendo emprendí un año más el camino al Tendido 5 de Vista Alegre. Aún y cuando no me sobraban razones, pensé que si los novilleros procesionan desde el Ercila, en ocurrencia postrer de nuestra BIVA se podía considerar profanación. aliviarme el ascenso con zumo de cebada en uno de los aguaduchos de Concha.

Con respecto a la perfomance pedestre, disparidad entre las cifras de asistentes. La organización (IC) incluyó en el censo a 500, mientras que la Policía, (mi compadre ALA sentado en una terraza mientras cafeteaba) cifró la comitiva en unos 70 pastoreados por mi amigo JMM).

Mi sensación al acceder a mi querido Tendido 5 fue que estaba protagonizando un remake del a Taberna del Buda . Aquella canción de Café Quijano., que decía:

Es un local

De mala muerte

Donde se juntan cada noche los de siempre

Se escriben guiones

Novelas negras

Se escriben páginas de trucos y maneras

En una esquina

Un presidiario

Justo en la barra, enfrente hay un notario

Un separado

Con una viuda

Hace pareja con la amiga de la viuda

Y hay un decano también

Y un abogado también

Y un policía rodeado de ladrones

Y una princesa

Y una portuguesa

Que en nada quedan si se quitan los tacones

Todos conocidos, como en la Taberna del Buda. Saludos protocolarios, de alabanzas a tu buen aspecto, mas mentirosas que la hora del reloj de la plaza y a presenciar la novillada, que siempre interesa y te libera la cabeza de ideas preconcebidas.

A la novillada de nuestro paisano (y querido, tanto él como su familia, José Cruz) le pasó lo mismo que a esos matrimonios que se separan entre cañonazos, donde nadie recuerda el sonido de los violines anteriores. Los dos primeros, el mejor fue el sobrero lo que constata una vez más, que los veedores tendrían futuro en los kioscos de la O.N.C.E. marcaron nivel sobresaliente, pero como el asunto ganadero se despeñó en la segunda mitad, quedó un sabor agridulce al salir de la taberna tres horas después de lo que entramos. Como colofón el sexto, que tenia menos fuerza que esa gaseosa que descubres en el frigorífico después de un mes abierta y era más soso que la pera del postre de un menú de hospital. Nada que objetar a la presentación.

Del asunto novilleril, a pesar de lo pesado del metraje, vi puesto a Jarocho pero sin el brillo de Madrid. Sabe andar delante de la cara de los toros, probablemente por pertenecer a una saga que me cae especialmente bien por ser coriáceos en lo taurino y compartir su cultura de gente de pueblo. En ocasiones, (pocas) hizo que me olvidara de el horroroso apósito auricular que portaba a causa de una reciente cogida en Francia.

De Aaron Palacios solo puedo decir que me dejó con la misma sensación con la que me quedo al tratar con el dueño del taller al que llevó el coche y al negociar con comerciales de franquicias inmobiliarias. Dudo continuamente entre si son ferréos custodios de mi interés o me están largando un tocomocho. Demostró hambre, gusto con los trastos, variedad con el capote, pero también una incapacidad pasmosa para ligar y una pertinaz obstinación en colocarse al hilo, cuando su primero le señalaba con la luminosa del tranvía, la conveniencia de cruzarse.

A Zulueta, al que no se puede negar regusto sevillano, le percibí aquejado de ese vicio del neotoreo, caspa y cochambre del mundo de los taurinos, y se paso toda la tarde ensayando posturas y pegando pingüis en esa tendencia moderna de alargar hasta la náusea la inútil porfía.

Hoy vuelta a la taberna. Parece que, además de los mentados en las letra de la canción, acude un ganadero.


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Acerca de Asier Guezuraga Asier Guezuraga Ugalde, nació en Busturia el 9/4/1972. Pasó su juventud en pleno corazón de la Bizkaia profunda, la villa de Gernika, de cuyos recuerdos se nutre este blog. Taurino irredento, hace compatible su odio al fútbol moderno siendo hooligan del Gernika Club, el mejor equipo del mundo hasta que alguien demuestre lo contrario, Juntaletras de novela negra con dos novelas publicadas, apasionado del baloncesto, cocinillas y sobre todas las cosas, muy frikie.
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